Me despierto por la mañana tras una noche de fiesta y, mirándome al espejo, recuerdo que se acerca el Orgullo y, como todos los años, las típicas preguntas y comentarios que solemos escuchar: ¿Y porqué un día del Orgullo Gay? ¿Y para qué exhibirse? ¿Y porqué sólo una vez al año? ¿Y porqué no un día del Orgullo Hetero? ¿Y porqué esto? ¿Y porqué lo otro?
Me miro en el espejo y me lo pregunto a mi mismo. ¿Para qué? ¿Qué es el Orgullo?
Orgullo es caminar. Caminar y mantenerse firme, sabiendo que vivimos algo que es natural, algo que está bien, algo que va acorde con el amor, con el sentimiento, con la felicidad.
Orgullo es ser quien deseas ser y mantenerse en pie frente a los ataques, pudiendo sentir la fuerza y apoyo de los que más queremos y de los que nos acompañan en este camino frente a las adversidades.
Orgullo es poder decir “Me gusta Fran” o “Me gusta Claudia”, aún sabiendo que eso me podrá traer problemas en el futuro.
Orgullo es poder identificarme con quién soy yo en realidad, mantenerme en pie y sonreír. Ya haga un sol resplandeciente o diluvie, es poder caminar firmes, unidos, denunciando toda situación de discriminación.
Orgullo es que, seas quien seas, alcances la tranquilidad de poder vivir de acuerdo a tu identidad, aún sabiendo que va en contra de una norma establecida.
Me miro en el espejo y observo. ¿Qué es lo que veo? A un tipo llamado Javier, de 23 años, que le encantan los juegos de ordenador y el baloncesto, y que no hace ascos a cualquier tipo de música, le encanta la pizza y, oh, sorpresa, es homosexual.
Decidí ser sincero con mi familia y amigos hace cinco años y les hablé de mi sexualidad, recibiendo todo tipo de respuestas: silencios, apoyo, preguntas hirientes de algunos y fortalecimiento de la amistad con otros. Incluso algunos se alejaron de mí, y, a pesar de ello, puedo considerarme un tipo con suerte. Soy feliz, y me siento aceptado en mi entorno… Entonces, ¿porqué ir al Orgullo?
Porque, a pesar de haber sentido el apoyo de los míos, he sufrido agresiones de todo tipo, tanto verbales como físicos. Me han atacado, me han puesto una etiqueta y me han estereotipado, no con algo dañino, sino para dejar de ser Javier para convertirme en “el gay” o «el marica«. Aún así, sigo en pie, y he logrado hacer amistades allá donde en principio sólo había enemigos. En el instituto, en la universidad, en cualquier parte en la que soy un recién llegado.
Vivo el Orgullo porque el mundo es diverso, porque sé que no sólo existe el blanco o el negro, porque sé que hay más opciones que la A o la B, y sé que no hay ningún tipo de vida más válido que el otro. Todos los son, siempre que vivamos con respeto, tolerancia y la creencia de que todos juntos podemos ser capaces de hacer de este mundo un lugar mejor.
Por eso vivo el Orgullo, pero no en el mes de junio o un sólo día al año. No. Vivo el Orgullo todos los días del año, pero quizá en estos días más, para poder recordar al mundo que estamos aquí, que existimos, que los gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, asexuales y, en resumen, toda la diversidad que nos da la vida, estamos aquí, y que, a pesar de los ataques y de lo que nos quieran invisibilizar, seguiremos en pie, luchando y reclamando justicia.
Porque, a pesar del machismo, la LGTBfobia, los insultos, la discriminación… a pesar de todo ello, no vamos a rechazar ser quienes somos, porque sabemos que no hay nada malo en ello. El amor jamás puede ser un error. Sabemos que nuestra sexualidad no es dañina, sabemos que la felicidad y las sonrisas no pueden ser una equivocación en la vida.
Pero, si tuviera que decir una razón por la que vivir el Orgullo, no sería por aquellos que iniciaron las marchas en todo el mundo, ni siquiera sería por nosotros mismos. Sé que debemos caminar firmes todos los días del año por las injusticias que suceden, no aquí, sino en todo el mundo, donde el amor puede ser motivo de una condena a muerte o una brutal exclusión social, además de seguir adelante por los que vendrán, por las próximas generaciones, por los que merecen vivir en un mundo mejor.
Por eso, mirándome al espejo, puedo reafirmarme en mi creencia, de saber que el Orgullo es vivir, caminar, caer y volverse a levantar. Es poder ser quien soy, con todos mis gustos y aficiones, y no sentir vergüenza por ello, gracias al apoyo de los que me acompañan en la vida.
Orgullo es justicia y libertad para todos.
Orgullo es el amor, la unión y la comunidad.
Orgullo es poder caminar, y sonreír con seguridad bajo las tormentas de la vida.
Desde Azul escorpio 